Si existe un accesorio externo para nuestras computadoras, ya sean portátiles o de escritorio, que puede facilitarnos el acceso físico a documentos, imágenes o fotografías de todo tipo mediante la impresión, esa es la impresora. Sin embargo, cabe preguntarse algo que muchos potenciales usuarios se preguntan: cuánto vale la pena invertir en un dispositivo de esta clase.
En primer lugar, cabe destacar el lugar que poseen hoy en día las impresoras y su evolución desde aquella aparición que lo cambió todo: la imprenta. El vínculo que hay entre la imprenta, alrededor del siglo XV, y las impresoras de la actualidad resulta un eje fundamental para comprender la tecnología de impresión textual a lo largo de los tiempos.
La imprenta aparece alrededor del 1400 con Gutenberg. Desde ese momento, marcó todo un hito en lo que se refiere a la difusión masiva de información y la posibilidad de acceder a textos que fomenten la educación. A su vez, esta capacidad de esparcir producciones textuales y gráficas de todo tipo fue capaz de cimentar las bases de diferentes sociedades y el traslado de la memoria histórica, literaria y empírica.
Rastrear sus capacidades hasta el día de hoy nos permite establecer un cruce directo con la forma en la que comprendemos la información en la sociedad contemporánea. La posibilidad de la impresora democratiza las posibilidades de acceso físico a distintos materiales que, en un caso extremo, pueden resultar demasiado caros.
La actualidad e identidad moderna de las impresoras
La actualidad tecnológica nos ayuda también a comprender la evolución de sus bases alrededor del tiempo. El paso que se da hacia las impresoras contemporáneas se dio alrededor del siglo XX, donde las máquinas de escribir (antecedente directo de la impresora actual) se volvieron verdaderos elementos esenciales. La aparición de las impresoras láser y con inyección de tinta cambiaría para siempre el esquema.
En este sentido, las inyecciones y el láser permitieron la oportunidad de establecer producciones y copias en color y con una nitidez definida, a diferencia de los modelos anteriores, aún en estado de ebullición. La tecnología digital creció de una manera descomunal y ahora poseemos en el mercado las famosas impresoras multifunciones, que se convirtieron en la norma en cuanto a funciones sofisticadas.
De alguna manera, podemos decir que estas funciones tan específicas son el escaneo, la fotocopia y la impresión en alta calidad se encuentran en una Epson multifuncional. A su vez, la mayoría de los modelos actuales poseen capacidades extraordinarias, como la posibilidad de conectarse a Wi-Fi y realizar impresiones mediante la conectividad de Bluetooth.
Actualmente, como venimos viendo, las impresoras han quedado lejos de aquellas maquinarias mecánicas como las que predominaron en la imprenta del siglo XV, aunque de todas formas poseemos en el mercado su herencia directa y actualizada a lo largo de los siglos. Incluso el avance tecnológico de hace 50 años hubiera considerado imposible el hecho de poder imprimir mediante redes inalámbricas.
Evolución y desafíos para las impresoras contemporáneas
Con este panorama resulta desafiante escoger entre una u otra posibilidad en lo que se refiere a impresoras. Por eso, es clave reconocer las diferentes capacidades que posee una impresora Epson multifuncional hoy en día para realizar una compra consciente y ajustada a nuestras necesidades. De nada serviría comprar una impresora 3D si lo que precisamos es una impresión de documentos o imágenes planas.
Un elemento relevante a la hora de considerar modelos de impresoras es el diseño. No cabe duda de que este dispositivo es algo crucial para pensar un espacio de trabajo o estudio.
La disposición, el color y el diseño general de los dispositivos puede impactar directamente sobre nuestro desempeño. Y nada mejor que tener una impresora que destaque estéticamente para resaltar nuestros escritorios y espacios.
También es considerable la elección entre una impresora de carácter multifuncional y una convencional que dependa en gran medida de las necesidades individuales que se precisen, ya sean estudiantiles o laborales. En este sentido, es necesario tener en cuenta una variedad de funciones, como la necesidad de escaneo o de simple impresión, de copiado o de Bluetooth. Cada impresora es un mundo.
Para quienes busquen una impresora que ofrezca versatilidad, eficacia y conveniencia estética y espacial, no cabe duda de que una buena opción es una impresora de carácter multifuncional, debido a que es capaz de funcionar mediante diversos dispositivos no solo de manera inalámbrica, sino también con cables y mediante operaciones varias, como la impresión de imágenes y textos.
Versatilidad, elegancia, sofisticación y eficiencia: la impresora ideal
La capacidad operativa de poder realizar varias funciones es, a menudo, una opción que los usuarios experimentados en cuestiones de impresoras no pueden huir, puesto que se relaciona directamente con el empeño posible de su trabajo. Imaginemos una situación donde la rapidez de una impresión se duplica: sin duda es más eficiente que una desactualizada y sin conectividad inalámbrica.
Cada impresora es un universo en sí misma. Un universo que, lógicamente, ofrece diversas salidas operativas según las necesidades del usuario. De esta manera, será inútil adquirir una impresora 3D si lo que se precisa es una impresión de carácter bidimensional y para un uso cotidiano e informal. Para eso, no cabe duda de que lo mejor será adquirir un modelo convencional, no por eso menos sofisticado.
La evolución histórica de esta clase de modelos nos permite observar cómo la democratización a niveles masivos de la imprenta favorece enormemente la proliferación de documentos, imágenes y una serie de gráficas que de otra manera sería imposible obtener sin mediar con la economía de rango alto, es decir, los productos caros y, en algunos casos, inaccesibles o en largas cuotas.
En este sentido, queda claro que la presencia en el mercado de impresoras de diferente calibre permiten la capacidad de organizar, gestionar y ofrecer diferentes y variados volúmenes de resma de papel.
Entonces, una impresora siempre dependerá necesariamente de un usuario que sepa adaptarse a sus posibilidades, y viceversa. Una correcta investigación previa con respecto a las posibilidades vendrá bien.
¿Seguirá siendo necesario imprimir archivos en un futuro?
La impresión de archivos en formato físico podría parecer algo que va a quedar obsoleto con el paso del tiempo. Sin embargo, la transición hacia el almacenamiento de los archivos en formato digital va a tomar un largo tiempo y va a lograr a través de un proceso que implica varios factores.
Los factores que influyen más notoriamente en la transición hacia la digitalización de los sistemas son los siguientes:
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La voluntad de gestión de las empresas o de los entes que quieran modernizarse: si no hay una predisposición para realizar estas medidas, nunca se van a tomar con la seriedad y con el compromiso necesario para completarlo de la manera correcta.
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La fosilización de entes burocráticos: la burocracia de algunos ámbitos de trabajo o de gestión de datos impide que se modernicen los sistemas de almacenamiento de información, por lo que siguen siendo necesarias las copias en papel.
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La falta de presupuesto para configurar nuevos sistemas digitales: para realizar una transición a un sistema completamente digital se debe realizar una inversión de base que, generalmente, las empresas no están dispuestas a realizar. Por lo tanto, se mantienen los gastos operativos fijos al utilizar impresiones en papel.
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La inversión de tiempo y de mano de obra que requiere la digitalización: los archivos que ya están en formato físico requieren trabajo y mano de obra para pasarse a un formato digital.
Por lo tanto, tomando estos factores en cuenta, es posible notar cómo una transición digital se hace más compleja. Además de que también estos dos sistemas pueden ser complementarios, sin la necesidad de sustituir uno por otro.
¿Cómo puede ser más ecológico imprimir archivos?
Si bien la utilización de papel y de tinta requiere gastar recursos que son limitados y genera contaminación, hay ciertas medidas que se pueden implementar para reducir la huella de carbono que se produce. Por ejemplo, algunas de las medidas que se pueden implementar son las siguientes:
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Usar impresoras con tanques de tinta, que son reutilizables y fáciles de recargar.
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Usar papel reciclado para imprimir.
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Reparar las impresoras una vez que dejan de funcionar y no cambiarlas por modelos completamente nuevos (muchas veces solo alcanza con reparar partes móviles o de controladores electrónicos para que siga funcionando igual a nueva).
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Imprimir únicamente los archivos indispensables.
De esta manera, implementando algunos cambios simples, es posible reducir la huella de carbono que se produce con cada impresión hasta en un 25%. Obviamente, también hay otras nuevas tecnologías que se pueden implementar con el propósito de ahorrar energía durante la impresión. Así como para reducir el uso de tinta o de tóner, con resultados idénticos a las impresiones actuales.
En conclusión, estos cambios no solo implican ventajas para mitigar el cambio climático que podría ser crítico en solo unos años, sino que también permiten ahorrar dinero, tanto en el corto como en el largo plazo. De esta manera, es posible lograr una mayor eficiencia en muchos aspectos complementarios, lo que implica un cambio muy positivo.