28 de marzo de 2024
DOLAR: $16.64
Search
Close this search box.
28 de marzo de 2024 | Dolar:$16.64

Rocío Martínez, la mexicana que logró abrir una florería en East Harlem

Rocío Martínez y su florería en East Harlem. | Foto: Especial.
Hace 30 años Rocío Martínez llegó a Nueva York con un sueño y 30 años después lo pudo lograr: tener su propio negocio.

Rocío Martínez es un gran ejemplo de que si trabajas duro por tus sueños y metas, podrás cumplirlas.

Rocío Martínez y su sueño de tener una florería

Desde que Rocío llegó a los Estados Unidos a los 17 años, se ha dedicado exclusivamente a trabajar con las flores.

Siempre soñó con tener un negocio propio del mismo giro, es decir, con abrir una florería.

Ahora, 31 años después, acaba de abrir su propia florería Cristal Flowers, en el corazón de la comunidad mexicana de East Harlem.

“Nunca le ha gustado que le digan lo que tiene que hacer y por fin tiene lo suyo”, dijo Lynette Pérez, hija de Rocío.

Tal vez te interese:  Liliana Moreno, la mujer indígena que se convirtió en policía

El camino para cumplir su sueño…

Rocío Martínez viene de una familia en México que se dedicaba al campo, como muchas familias no contaban con servicios básicos como luz o agua potable.

No tuvo la oportunidad de ir a la escuela porque no tenían dinero y a los 12 años comenzó a trabajar para ayudar a su familia.

Empezó trabajando en el campo con su familia, cortando frutas y verduras para después venderlas, sin embargo, las ganancias no eran suficientes, por lo que Rocío decidió viajar a la Ciudad de México para conseguir un mejor trabajo.

Consiguió trabajo en una veterinaria, donde paseaba, bañaba, limpiaba y le daba de comer a los perros que llegaban.

Después, junto con una amiga decidieron cruzar la frontera y llegar a Estados Unidos. Cruzaron por Tijuana y llegaron a California, de ahí viajaron a Nueva York.

“En Nueva York llegué a un apartamento donde vivían 20 mexicanos. Como 10 trabajan de noche y los demás de día. Los que nos trabajábamos de día usábamos la cama de los que trabajaban en la noche, así vivimos por un año”, cuenta Rocío.

Un día caminando por East Harlem, encontró un letrero en una florería donde solicitaban empleados, y decidió entrar y tomar ese trabajo.

En la floería había dos diseñadores de flores, pero había un gran problema, ellos no hablaban español y Rocío no hablaba inglés, así que aprendió viendo e imitando a los diseñadores; tres años después, ella ya sabía hacer todo lo que los diseñadores hacían.

“Para mí, trabajar con las flores es un arte”

Tal vez te interese:  María Lorena Ramírez, la corredora rarámuri de pies ligeros

¿Cuál es el siguiente paso para Rocío?

Los años en Estados Unidos fueron un poco complicados, porque tenía que cuidar a sus tres hijos pequeños, y aceptar que le pagaran menos con tal de tener un horario flexible para estar con sus hijos.

Ahora que ya tiene su propio negocio, piensa acercarse más a su comunidad, compartir todo eso que los une como mexicanos, desde sus experiencias hasta las tradiciones familiares.

“Quiero que la comunidad pase a mi florería, y no es necesario que compren, solamente son bienvenidos a entrar, saludar y ver”, dijo la emprendedora mexicana.

Notas relacionadas