Mary Madigan es una mujer australiana que pide que las mamás de mascotas puedan tener los mismos derechos y flexibilidades que tiene una madre trabajadora.
Todo comenzó cuando Mary decidió adoptar un perrito y se dio cuenta de todos los cuidados y el tiempo que implica su cuidado.
“Tener un perro ocupa mucho de mi tiempo, salgo corriendo del trabajo para recogerlo de la guardería o porque me siento mal por dejarlo solo todo el día”, comentó Mary.
Mary y su perrito
Al inicio pensó que el cuidado del perrito sería sencillo, sin embargo se dio cuenta que el cuidado de su nuevo amigo implicara tantos cuidados.
Aseguró que su trabajo como dueña de mascota es similar al de una madre, porque tiene las mismas preocupaciones, necesita tiempo para cuidarlo y utiliza el servicio de una guardería para perros.
Además de que, necesita tiempo para salir a los parques para perros a jugar con su nuevo compañero.
También contempla los gastos como comida, juguetes y hasta para comprar ropa resistente a los pelos y mordeduras.
“Llamame loca si quieres, pero no todos tendremos hijos y no me avergüenza decir que también necesitamos espacio para adorar a nuestros perros, gatos o lagartijas”, aseguró la australiana.
Las salidas sociales con sus amigos también se vieron afectadas, debido a que ahora opta por lugares pet friendly.
Si las mamás que pueden trabajar e irse temprano, tener horarios flexibles o hacer home office, ¿por qué las mamás de mascotas no?
Mary comentó que, a pesar de que tener un perro generó una carga adicional de trabajo a su vida, no puede acceder a ninguna de las flexibilidades proporcionadas a las madres con hijos humanos.