Muchos migrantes salen de sus países por diversas cuestiones como la economía, la falta de trabajos o la violencia.
La mayoría de ellos sale en busca de una mejor calidad de vida y para poder ayudar a sus familias.
Sin embargo, el viaje siempre es una situación complicada que muchas veces desconocemos, además de que pedir refugio o asilo en México es un trámite tardado.
Es por eso que, en Conexión Migrante nos dimos a la tarea de conocer las historias de estos guerreros.
Migrantes en México
La Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR)es la institución encargada de brindar información sobre asilo y refugio, además de que son los que realizan todo el proceso.
Daniela y Sara
Daniela y Sara son 2 hermanas originarias de Honduras.
Ellas decidieron salir de su país por la violencia que se vive actualmente, y es que, las diferentes pandillas cobran un “derecho de piso o seguridad” para poder dejar que las personas trabajen.
Llevan un mes fuera de su país y hace una semana llegaron a México, vienen ellas dos y la hija de Daniela de tres años.
¿Cómo era su vida en Honduras?
Ambas tenían un buen trabajo. Daniela trabajaba en una farmacia y con su sueldo podía mantener su casa y a su hija.
Sara era gestora, ella hacía todos los trámites relacionados a los carros como: trámite de placas, verificación, tenencia, etc.
La razón que las hizo abandonar Honduras fueron las maras, y es que, estos grupos les pedían una gran cantidad de dinero para “cuidarlas” de la inseguridad.
Sin embargo, estos cobros aumentaron mucho y las amenazaron de muerte si no hacían los pagos correspondientes, ellas con mucho miedo deicidieron huir y solicitar refugio en México.
Sus días en México
Este par de hermanas migrantes salieron con el propósito de encontrar seguridad y una mejor calidad de vida en un nuevo país, y aunque su papá vive en EE.UU., su opción siempre fue México.
Nos contaron que tuvieron que caminar durante muchos días y pasar hambre por otros cuantos días más para poder llegar a la frontera sur de México.
Para poder llegar a la Ciudad de México, tuvieron que utilizar un tren, y viajaban en el techo debido a que no tenían el dinero para poder pagar un boleto.
Llevan una semana en la Ciudad de México, pero aún no cuentan con un refugio, por lo que tienen que dormir en los parques cercanos a la COMAR.
Daniela y Sara, como muchos otros migrantes, sólo están en busca de conseguir una mejor calidad de vida y una nueva oportunidad.
*Por motivos de seguridad, nuestras entrevistadas nos pidieron usar un seudónimo y que no fueran retratadas.
