A pesar de haber dialogado con el Instituto Nacional de Migración (INM), la caravana migrante de al rededor de 400 personas ubicadas en Tapachula, Chiapas, continuarán su marcha hacia Estados Unidos.
Miembros de esta caravana migrante aseguran que no buscan alimento, hospedaje o el pago de su transporte; únicamente buscan la autorización para abordar un autobús rumbo al norte del país.
La negociación entre autoridades y migrantes se llevó a cabo sobre la carretera Huixtla-Villa Comaltitlán en Chiapas, México, sin embargo, no llegaron a ningún acuerdo.
Algunos migrantes aseguraron que su intención es llegar a Estados Unidos para aprovechar las ofertas laborales que ofrece el país y no quedarse en México.
Cabe mencionar que la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) sólo brinda apoyo a personas cuya integridad o vida peligran en su país de origen y no por temas laborales.
El corte de julio de la COMAR registró 58 mil solicitudes de refugio; siendo hondureños, cubanos y haitianos los principales solicitantes.
México es cómplice de la caravanas
De acuerdo con Irineo Mújica, líder de la organización Pueblos sin Fronteras, el gobierno de López Obrador no sólo ha fallado en controlar la crisis migratoria, sino que cometió errores que agraviaron la situación.
Algunos problemas son la corrupción de agentes del INM, de la Policía Federal, Estatal y Municipal y la posible coalición con grupos delictivos.
Sin embargo, destaca la fallida estrategia de contención de migrantes en el municipio de fronterizo de Tapachula.
Irineo afirma que los trámites para regular la situación migratoria es una excusa para retener a los migrantes bajo la amenaza de una deportación.
Además los migrantes se ven expuestos al crimen organizado, situaciones de extorsión y diversas violencias por parte de la comunidad y autoridades.
Por otra parte, esta estrategia ha generado que los indocumentados opten por avanzar en una caravana migrante o buscar rutas que ponen en peligro su integridad y su vida.
