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Oración para terminar con la trata de personas

Te compartimos una oración para terminar con la trata de personas. | Foto: Depositphotos
Este 30 de julio se conmemora el Día Mundial contra la Trata de Personas, con lo que la Organización de las Naciones Unidas quiere crear conciencia sobre la situación de las víctimas del tráfico humano.

La trata de personas es el reclutamiento, transporte o recepción de gente mediante la violencia física o moral, el engaño o el abuso de poder. El objetivo es someterlas a explotación sexual, trabajos o servicios forzados, esclavitud, etcétera, según la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).

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Asimismo, la trata de personas es un fenómeno que atenta contra los derechos humanos. Desde hace cientos de años, separaron a mujeres y niñas de sus lugares de origen para lucrar con ellas como objetos sexuales.

“Cada una y todas las personas son iguales y se les debe reconocer la misma libertad y la misma dignidad”, dijo el Papa Francisco referente a la trata de personas.

El problema de la trata de personas tiene como raíz la corrupción. Además, se vincula con la migración, la pobreza y la delincuencia organizada.

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Esta es la oración para poner fin a la trata de personas

Este 30 de julio se conmemora el Día Mundial contra la Trata de Personas, con lo que la Organización de las Naciones Unidas quiere crear conciencias sobre la situación de las víctimas del tráfico humano.

A continuación, te queremos compartir una oración para pedir que acabe la trata de personas.

Oh, Dios, nosotros no los vimos. Sin embargo, tú los viste, cientos y miles de seres humanos sometidos a la trata de personas cada año para unirse a los millones de personas que están atrapadas en la esclavitud moderna.

En condiciones terribles, trabajan en fábricas, aran los campos, cosechan los cultivos. Trabajan en las canteras, llenan los burdeles, limpian las casas y acarrean agua.

Muchos son niños con dedos pequeñitos para tejer alfombras y hombros pequeños para cargar un fusil. Su trabajo es forzado; sus cuerpos, golpeados; sus rostros, ocultos de los que en realidad no quieren verlos. Pero tú los ves a todos, Dios de los pobres.

Tú escuchas su clamor y respondes a él abriendo nuestros ojos y quebrantando nuestros corazones, y abriendo nuestros labios para alzar la voz y decir: No más.

Amén.

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