Isaret Jeffers, también conocida como “la Paisanita Carrión”, es una activista que tiene objetivo ayudar a las mujeres que son víctimas de violencia; así como a los adultos mayores y a los niños separados de sus padres por culpa de inmigración.
Es originaria de León, Guanajuato y está muy orgullosa de sus raíces, por lo que no se olvida de su México y apoya a sus paisanos en Estados Unidos. Isaret Jeffers dirige el colectivo Arbol desde 2017 para ayudar a las familias agrícolas migrantes que trabajan en los campos de Florida.
Durante su estancia en Estados Unidos, “La Paisanita Carrión” se ha convertido en líder y emprendedora social. Durante la pandemia ha apoyado a los migrantes campesinos y les lleva alimentos a los campos.
Isaret Jeffers y su labor con las mujeres migrantes
Isaret Jeffers asegura que la mujer empezó a migrar sola a Estados Unidos desde 2007. Actualmente, su trabajo está enfocado con las mujeres migrantes a quienes les da asesoría legal, alimentos, información que necesitan y ropa. También les da artículos de higiene personal, sobre todo ropa interior, para que no gasten mucho dinero.
“Muchas mujeres migrantes son las que están trabajando, pagan impuestos aunque sean mujeres indocumentadas, sacando adelante a su familia y haciendo de la comunidad una comunidad segura”, dijo Isaret Jeffers, en entrevista con Conexión Migrante.
Asimismo, “La Paisanita Carrión” afirmó que las mujeres migrantes se enfrentan a varios obstáculos como lo son el acoso laboral y sexual, violencia doméstica y discriminación por racismo “que te marca para toda la vida”.
Una pérdida irreparable
“No debemos ser víctimas. Tenemos que salir adelante. Ahora mismo, mi esposo murió hace cuatro o cinco meses y estoy tratando de seguir adelante. Aunque estemos hechos pedazos, aunque no tengamos nada que ofrecer, pero hay que dar lo poquito que tengamos. Nuestro corazón siempre tiene que dar lo mejor a las personas”, aseguró Isaret.
Pese a todas las circunstancias, “La Paisanita Carrión” quiere seguir apoyando a la comunidad migrante con su labor social. “Hasta donde me pueda dar fuerza y la licencia, entonces lo seguiremos haciendo”.
“Dios no se puede equivocar. Hacer de nosotras las mujeres la pieza fundamental para la existencia nos dio amor y compasión. Somos empáticas. Las mujeres mexicanas somos limpias, honestas, culturales, mujeres de familias. Para que no vengan y jueguen con nosotros. También la mujer tiene que valorarse, darse mucho valor en donde quiera que esté y a donde quiera que vaya”, finalizó.
