El conocido milagro eucarístico de Tixtla ocurrió el 21 de octubre de 2006 durante la celebración eucarística en Tixtla, Guerrero, cuando una religiosa vio que una sustancia rojiza parecida a la sangre brotó de una hostia consagrada.
A pesar de ser llamado milagro, el Vaticano continúa con la investigación de lo ocurrido y de momento sólo se le considera un fenómeno eucarístico. Esto es porque sólo el Papa puede determinar los fenómenos, como cuando declaran santo a un beato.
En entrevista para ACI Prensa, el obispo emérito de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Mons. Salvador Rangel, explicó qué es lo que ha ocurrido con este fenómeno desde 2006.
De acuerdo con Rangel, en 2013 el entonces Obispo de Chilpancingo-Chilapa, Mons. Alejo Zavala, calificó el suceso como “un signo divino” y “un verdadero milagro”.
Dos años después, en 2015, su sucesor Mons. Salvador Rangel, nombrado Obispo de Chilpancingo-Chilapa por el Papa Francisco, decidió realizar una nueva investigación, esta vez consultando al Vaticano.
Derivado a esta consulta, Roma llamó a este suceso como ‘fenómeno eucarístico’.
Sin embargo, las investigaciones sobre el fenómeno eucarístico de Tixtla aún no terminal, falta que se presenten las conclusiones de este proceso.
Cuando termine el proceso diocesano de investigación sobre el presunto milagro eucarístico de Tixtla, los hallazgos serán remitidos a la Santa Sede, donde el Papa tendrá la decisión final.
Lo que pasó en Tixtla fue que se adelantaron a declararlo un milagro, pero la Santa Sede tiene la última palabra.
