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Por un Pacto Migratorio incluyente…

Para lograr un pacto migratorio incluyente es clave reconocer las contribuciones de los migrantes y la participación de las mujeres. Por: Berenice Valdez Rivera, coordinadora de políticas públicas, Instituto para las Mujeres en la Migración, AC.

Hace unos días se llevó a cabo la primera evaluación internacional sobre la implementación del Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular, firmado en Marrakech en 2018. La revisión regional en Latinoamérica y el Caribe fue coordinada por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) con la participación de diferentes agencias de Naciones Unidas (ONU), gobiernos y sociedad civil.

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Previó a la reunión, CEPAL y OIM realizaron una consulta dirigida a la sociedad civil como una forma de conocer los desafíos que las organizaciones han identificado en la implementación del Pacto. En ella, las organizaciones que conformamos el Bloque Latinoamericano sobre Migración insistimos que es importante:

1 Atender las causas de la migración

La migración es un acto, en muchas ocasiones, forzado, ya que no existen las condiciones para decidir en un entorno seguro, digno e informado si se quiere migrar o no. Dadas las condiciones en que viven millones de personas en la región, la migración se ha convertido en un acto de sobrevivencia para muchas personas. Entre ellas se incluyen mujeres, niñez y adolescencia, para salvaguardar su integridad y seguridad.

En Latinoamérica y el Caribe, la migración va en aumento, principalmente de mujeres quienes representan el 52 por ciento. De acuerdo con Alicia Bárcenas, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, “es clave combatir prejuicios y evidenciar las contribuciones de la población migrante, donde la participación protagónica de las mujeres ha sido esencial. La migración no es un problema ni conlleva amenazas, es un bien común que puede contribuir a la disminución de la desigualdad”.

2 No usar el Pacto como una excusa para vulnerar los derechos de las personas migrantes

La diferencia de migrar bajo condiciones seguras y dignas, radica, la mayoría de las veces, en factores externos a las personas. Obedecen a requisitos establecidos por los gobiernos que tienen una vinculación directa con:

  • El lugar de nacimiento
  • El acceso a un documento que acredite su nacionalidad
  • Los recursos para obtener un pasaporte

Sin embargo, aun cuando se cumplan esos requisitos, hay otros factores como la situación económica, el idioma, la edad, la identidad de género o preferencia sexual, el estado civil, el color de la piel e incluso la apariencia física y los estereotipos que se tengan sobre determinadas nacionalidades, que constituyen “filtros invisibles” que excluyen y hacen imposible que las personas realicen una migración segura, ordenada y regular, libre de violencias.

3 Centrar las políticas migratorias en los derechos humanos y la inclusión

Esto se debe hacer con perspectiva de género y enfoques diferenciales, especialmente para las personas LGBTIQ+.

De acuerdo con el Relator Especial de las Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos de las Personas Migrantes, Felipe González, el enfoque de género y de derechos humanos aparecen explícitamente en el Pacto y transversalmente en sus disposiciones y sus 10 principios rectores, por lo que no puede quedar fuera en la implementación.

4 Garantizar que el acceso a derechos sin importar la condición migratoria, sea real y efectiva para las personas migrantes

Los Estados a los que se dirigen o por los que transitan las personas migrantes deben dejar prácticas de persecución y criminalización de la migración.

Implementar políticas de contención y militarización de la migración, con el argumento de buscar una migración segura y ordenada, no es proteger los derechos migratorios.

A decir de Antonio Vitornio, director general de la OIM y coordinador de la Red de la ONU para la Migración:

“Atender los desafíos es posible… facilitar las vías de migración segura y regular, así como proteger a todas las personas migrantes, en el tránsito, destino, origen y retorno, es fundamental”.

Revisar la migración puede generar las condiciones dignas

Esta revisión constituyó un primer ejercicio para evaluar los avances y desafíos en la región. Además, podría evolucionar como la primera plataforma regional sobre migración para generar condiciones dignas para que las personas puedan decidir si migrar o no.

Hoy, más que nunca, a partir del impacto de la Covid-19 y las condiciones de desigualdad estructurales en la región, es indispensable echar mano de todos los marcos, nacionales e internacionales, para no dejar a nadie atrás.

El Pacto para una Migración Regular, Segura y Ordenada establece una plataforma inédita, multilateral auspiciada por Naciones Unidas. Este mandata la participación de gobiernos, agencias de la ONU, organizaciones de la sociedad civil y otros actores interesados, para generar una reorientación de las políticas públicas sobre migración, una cooperación internacional con plataformas regionales y nacionales para implementar los 23 objetivos y estrategias.