Ronald Cetina-Galicia tuvo mucho miedo. Él desconfiaba de las personas que le prometieron cruzarlo. Al inicio, nunca se imaginó que lo metieran dentro de la cajuela de un carro bajo un fondo falso. El terror a no salir vivo de ahí lo invadió.
“A Dios le doy gracias porque dicen que todos los que se meten ahí [en el baúl del carro] no salen (…) sentí mucho miedo”, dijo Cetina-Galicia a la Voz de América. Había tratado de ingresar sin documentos a Estados Unidos en siete ocasiones. Ahora, se encuentra en Tucson, Arizona, en un albergue para migrantes y solicitantes de asilo.
El migrante proveniente de Guatemala indica que respiraba por un pequeño hueco. Se quedó largo rato ahí a espera de que los contrabandistas cruzaran la frontera con EE.UU.
Después de una hora, la Patrulla Fronteriza (CBP) revisó el vehículo con minuciosidad y luego de utilizar un detector de metales por el maletero, se dieron cuenta de la presencia de Ronald.
Posterior a este descubrimiento, los agentes fronterizos arrestaron a los dos traficantes que lo transportaban y a él lo trasladaron a un centro de detención.
El peligro al que se exponen los más vulnerables
Este año hubo un aumento significativo en la inmigración irregular. Muchos migrantes tienen como objetivo ir a los EE.UU., la necesidad de muchas personas los motiva, pero también en constante riesgo ellos y a sus familias. Pues hay quienes se aventuran a la odisea con todo y niños.
Debido a lo anterior los traficantes humanos no desaprovechan la oportunidad de hacer u negocio multimillonario a costa de las necesidades de estas personas. Contrabandistas, pollero o coyotes, todo ellos contribuyen a una “empresa” más grande que construye sus cimientos en las heridas profundas de quienes han tenido que dejar su hogar.
Entre tantas historias, hubo una narrada al medio VOA por Sue Chilton, ranchera de Arivaca, que dejó a las personas con un nudo en la garganta y una rabia y tristeza indescriptibles.
Chilton dijo que es difícil para las autoridades fronterizar dimensionar las razones por las que los migrantes dejan su hogar y contó la historia de una pareja que iba en caravana con 18 hombres. De acuerdo con la entrevista, indicó que los hombres abusaban sexualmente de la mujer diariamente. Cada hombre había contribuido al denigrante acto. El jefe de la banda amenazaba con arma blanca al esposo.
El gerente de portafolio de Casa Alitas, Diego Piña López, indicó a VOa que ha recibido más de 30 mil migrantes, muchos de ellos huye de situaciones inaguantables, inhumanasen sus países de origen.
Para cuando los migrante llegan a cruzar, si es que lo logran, muchos de ellos cargan cicatrices emocionales profundas.
El tráfico de humano, un negocio multimillonario
En el año 2018, el exjefe de la Patrulla Fronteriza en Texas y Arizona, Víctor Manjarrez, hizo un estudio sobre los carteles que extorsionan en zonas al norte del país. Cabe destacar que es justo por la frontera con EE.UU., tan sólo por cobrar tarifas de paso o “derechos de piso” el crimen organizado ganó 100 millones de dólares.
Sumado a esto, el dinero no sólo lo reciben los carteles. También los migrantes deben pagar a los traficantes una cierta suma para cruzar.
Manjarrez dijo que como consecuencia de la nueva política migratoria, que levantó la prohibición a la entrada de menores sin compañía y algunas unidades familiares al país para pedir asilo, los precios que cobran estos delincuentes se elevaron.
“Van a estar cobrando entre 3.000 y 5.000 dólares [por persona]”, aseguró el exagente.
De acuerdo con un informe de la ONU la industria del trafico de personas mueve cantidades exorbitantes de dinero. En el 2016 se demostró que tal actividad produjo una cantidad de 7 mil millones de dólares en todo el mundo.
Es una industria que se aprovecha de los más débiles.
“Los dejan abandonados, los roban e [incluso] violan a las jovencitas”, contó Escalante. “Como ellos controlan el método en el que cruzan estos ilegales, ponen en riesgo a las personas que intentan cruzar”. Mario Escalante, agente de la Patrulla Fronteriza de El Paso.
Tristemente, indicó Manjarrez, los migrantes que caen en garras de los traficantes son extorsionados, al igual que sus familias. Del mismo modo existen casos en los que , según detalla
También pueden explotarlos haciéndolos partícipes de actividades ilegales; los obligan a conducir los coches, arriesgándose a que, de ser detenidos sean procesados por tráfico de personas o a llevar maletas o bolsas.
Además, el mismo Ronald Cetina-Galicia indicó que pueden ser violentos
“Piden cantidad de dinero (…) y si no lo dan la fecha o en el tiempo que ellos dicen, lo matan (…) o le quitan una mano, le quitan la lengua, le quitan una oreja”.
En palabras del exagente de CBP Víctor Manjarrez, “nadie cruza gratis, pagas con dinero o con tu cuerpo”.
“Lo importante es que las personas no se pongan en manos de narcotraficantes de personas, que obviamente es un negocio para ellos”, insistió la funcionaria.
