Activistas y demócratas solicitaron que el gobierno permita la emisión de más permisos de Estatus de Protección Temporal (TPS) a los países beneficiados, además, pidieron incluir a los migrantes haitianos y los cameruneses que llegaron a Estados Unidos en 2011.
Al mismo tiempo, el gobierno estadunidense está brindando el TPS a otros miles de migrantes que llegaron a la frontera, lo que supone un temor de que los nuevos migrantes entren a un limbo parecido a quienes ya forman parte del programa.
Esto se debe a que muchos llevan años viviendo con ese estatus migratorio en Estados Unidos a expensas de las decisiones del gobierno en curso.
El TPS no asegura la ciudadanía
No existen leyes que aseguren que los migrantes con TPS puedan adquirir la ciudadanía en el futuro. Por otro lado, la Cámara de Representantes ya trabaja en una ley que facilite ese camino a quienes ya cuentan con el estatus legal temporal.
Particularmente, se tenía el foco en la Ley de los Sueños y la Promesa (Dream and Promise Act), la cuál se discutirá y votará esta semana en el Senado
Cabe destacar que la anterior propuesta no contempla a quienes hayan obtenido el TPS o a quienes pudieran tenerlo en el futuro. De esta manera, quienes tienen el TPS se quedan a la deriva; atrapados en incertidumbre. Tal estado, se ha vuelto común en los 30 años de vida desde que el Congreso aprobó el programa en 1990, cuando varios salvadoreños huían de la guerra civil.
De qué lugares provienen las 400 mil personas que ya tienen el Estatus de Protección Temporal.
Cecilia Menjívar, socióloga de la UCLA, expresó que el TPS es una “legalidad liminar”, es decir, que el estatus migratorio es frágil. Pues, aunque permite permanecer legalmente en EE.UU. a menudo los migrantes quedan a expensas de la administración política en pie. Como sabemos, las corrientes políticas son cambiantes.
Sumado a esto, gran parte de las personas que tienen en TPS han vivido muchos años en la Unión Americana, por si fuera poco, algunos hasta han vivido la mitad de sus vidas ahí. Muchas estudian, trabajan y contribuyen al país de diversas maneras.
Este escenario es preocupante porque los migrantes, cuyo futuro se ve afectado, no pueden asentarse, ni planificar su vida como quisieran. Por un lado, no son ciudadanos y por el otro tampoco son indocumentados.
Trump evidenció las fallas del programa
Durante la administración de Trump, el programa TPS comenzó a dejar en evidencia muchas fallas. Dejó presente la nula solución o ventaja que presentó a los migrantes, pues el expresidente trató de retirar la protección al 95% de los migrantes protegidos por el programa en cuanto tuvo la oportunidad.
Erik Villalobos, de la Alianza Nacional del TPS, consideró esto como una advertencia para los migrantes que se habían habituado y hecho sus vida en EE.UU. A esto hay que agregar que muchos se acostumbraron a renovar su TPS para seguir en el país. Los propios padres de Villalobos se encontraban en este grupo.
Después de que Trump insistiera, éste recibió una demanda judicial que obstaculizó su objetivo. Aunque la administración Biden tenga una postura relativamente más humana con los migrantes, el suceso anterior evidenció la falta de eficiencia del TPS y los temores de los más vulnerables crecen.
Luego de 4 años, por fin los demócratas consideran importante definir que se considera “temporal” , esto de acuerdo con Villalobos. Ya que actualmente la ley se refiere a “temporal” porque en algún momento se espera que los migrante vuelvan a su país, una vez recuperado éste de su crisis.
A pesar de ello, muchos no desean regresar porque no hay evidencia sustentable que compruebe la finalización de estas crisis.
De acuerdo con el medio ProPública
Después de 18 meses, se supone que el gobierno debe reevaluar y decidir de nuevo si un determinado país sigue en crisis y requiere que se le prorrogue el TPS. Si es así, quienes tengan el TPS pueden solicitar otro permiso de trabajo (con su correspondiente cuota de $500 dólares). Si no, se ven obligados a elegir entre quedarse en Estados Unidos como inmigrantes no autorizados, o regresar.
Finalmente, el TPS es solamente una solución provisional que llevada a la realidad, no resulta tan temporal por el tiempo que tarda de recuperación.
A pesar de eso, a lo largo de su historia, el TPS se ha transformado en algo más que una solución provisional. En la práctica no soluciona nada y coloca a todos en un dilema; en una especie de limbo legal.
A Menjivar se le interrogó sobre qué ocurriría si los migrantes perdieran el TPS, respondió
“Dios, no puedo ni imaginarlo”. Por un lado, agregó, es poco probable que se vayan por su cuenta si se les quita la protección; simplemente se convertirían en inmigrantes no autorizados que viven en las sombras, y tendrían que “encadenarlos y obligarlos a subirse a los aviones” si Estados Unidos quiere garantizar su salida. Los deportados se verían aislados. “No tendrían una fuente de vida, perderían todo lo que tienen, su familia”, dijo Menjívar. “Equivale a una muerte social en muchos sentidos”.
