Los cuerpos de los 16 migrantes guatemaltecos quemados y asesinados en Camargo, Tamaulipas, por fin regresan a Guatemala, a 52 días de su muerte.
Este fin de semana, Guatemala se vistió de luto y con mucho dolor recibió el arribo de los cadáveres. Después de pasar por varios trámites e investigaciones policiales en ambos países, los cuerpos de las victimas regresaron a su pueblo natal.
Cabe destacar que 14 de los 16 migrantes muertos en la masacre de Tamaulipas, eran de Comitancillo, municipio ubicado en la frontera con México. En este lugar, el pueblo entero recibió los cuerpos de las victimas con un homenaje llenos de sentimientos e indignación.
Entre lagrimas y cantos se realizó la sepultura respetuosamente. Judith López, madre de una víctima, dijo en una entrevista al medio Telemundo:
“Pues ya venimos a encaminar los restos, adoloridos, pero ¿Qué más se hace? Ya descansó él” mencionó, Judith, con la mirada triste y la voz entrecortada.
Luego los cadáveres se velaron en casa de los familiares, las cuáles a pesar de la pobreza y precariedad abrieron sus puertas a quién quisiera acompañarlos.
Los familiares se despidieron de ellos antes de que los sepultaran. Posteriormente en la tarde del domingo, llegó el momento en que sus cuerpos debían ser enterrados en la tierra que los vio nacer.
“Al presidente de México le exijo como padre y familiar de Pablo Tomás e Iván Gutiérrez justicia, que se dé cadena perpetua a estos señores que lo hicieron , a quienes mataron a mi hijo” Fernando Pablo, padre de una victima.
Después de este dramático suceso, lo único que mantiene de pie a los familiares de los afectados es salir afuera y aferrarse a que se haga justicia.
El Gobierno de México declaró que continúan las investigaciones y aunque ya se han encontrado a los culpables, aún quedan hechos pendientes por esclarecer.