El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) cerró su año fiscal 2020 este miércoles. Según sus reportes oficiales, en ese periodo hubo 21 migrantes muertos en centros de detención. Esta es la peor cifra registrada en los últimos 15 años.
En el año fiscal 2019, ICE reportó únicamente 8 fallecimientos. El último periodo en el que las muertes llegaron a más de 10 personas fue en 2005, cuando también hubo 21 migrantes fallecidos.
Organizaciones y activistas defensores de los derechos de migrantes denuncian que estas muertes se deben a contagios de Covid-19 en las cárceles de ICE. A pesar de esto, la agencia de inmigración sigue negándose a liberar a la mayoría de los detenidos. Incluso, ha declarado que, de los 21 fallecidos, sólo 8 perdieron la vida a causa del Covid-19.
Este mes, los centros de detención de ICE tienen a 19 mil 791 migrantes en custodia. Esto es menos de la mitad de los casi 46 mil detenidos que había en enero. La cifra disminuyó debido a que las detenciones y los operativos se detuvieron durante el punto más grave de la pandemia.
Sin embargo, los centros de detención también se vaciaron porque hubo muchas deportaciones aceleradas. Y, en menor medida, ICE también accedió a liberar a algunos detenidos después de recibir varias demandas.
ICE no valora las vidas de los migrantes
Desde el inicio de la pandemia, tanto activistas como migrantes detenidos han denunciado las malas condiciones en las que se encuentran los centros de detención. También han denunciado irregularidades en cuanto a la aplicación de pruebas de Covid-19 y la atención médica a los enfermos.
Por su parte, ICE dijo que, hasta el 25 de septiembre, se habían aplicado pruebas a 42 mil 366 migrantes. De éstas, 6 mil 168 resultaron positivas. Y, de esos casos, 582 continúan activos.
Según la agencia, de los migrantes contagiados con Covid-19 sólo 8 han perdido la vida. Tres de esos casos se dieron en el centro de detención de Irwin, el mismo donde varias mujeres han denunciado cirugías de extracción de úteros. Este centro, al igual que muchos otros, está a cargo de una empresa privada. Varios políticos han denunciado que este tipo de cárceles no cumplen con las normas gubernamentales adecuadas para salvaguardar la integridad de las personas detenidas.
Andrea Flores, subdirectora de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) ha sido muy crítica al respecto. Desde su perspectiva, a ICE no le interesa proteger a los detenidos:
“La forma en que ICE maneja esta crisis refleja la profundidad de su indiferencia hacia la vida de los inmigrantes”.
También agregó que esta indiferencia ha estado presente desde hace años. Las condiciones de hacinamiento y la deficiente asistencia médica en los centros de detención son problemas que no nacieron con la pandemia.
Así lo afirma American Field Services (AFS), una organización que forma parte del Caucus Hispano del Congreso:
“ICE tiene un largo historial de abusos, desde la separación deliberada de las familias a la discriminación racial y los allanamientos sin orden judicial”.
La ASF también denuncia que los legisladores que aprueban fondos para ICE y respaldan las políticas migratorias de Donald Trump son cómplices de las violaciones a los derechos humanos en los centros de detención.
Con información de La Opinión.
