La vida cristiana, como seguimiento de Cristo, debe reflejarse en nuestras acciones, elecciones, relaciones y modos de ver el mundo. Los santos son un claro ejemplo de una existencia como la tuya o la mía, pero vividas con plenitud e inundadas del amor a Dios.
Conseguir esto no es algo imposible, pero llega a tener sus dificultades. El ingrediente principal para superar los obstáculos es contar con la ayuda divina.
Los santos, hombres y mujeres que ahora nos sirven de modelos de vida, no siempre fueron tratados con admiración. Incluso, algunos de ellos fueron despreciados y marginados en su tiempo como Jesucristo mismo.
Al revisar sus vidas, nos encontramos con malos entendidos, enfermedades y dificultades casi “imposibles” de superar. Por eso, hoy estos santos son “Patronos de las causas difíciles y desesperadas”.
San Judas Tadeo
Este apóstol de Jesucristo no siempre fue el santo “taquillero” que hoy conocemos. Por la igualdad de nombre con el traidor, muchos lo ignoraron durante algún tiempo. Por este mismo motivo, también persiguieron a San Judas hasta el día de su muerte en el martirio.
Actualmente, ante el auge de su devoción, existe la sospecha de cierto parentesco con Judas Iscariote. Sin embargo, lo cierto es que su amistad y seguimiento de Jesús es claro.
Santa Rita de Casia
Santa Rita nació en Itlalia en el siglo XIV. Su propia vida estuvo llena de causas difíciles. Cuando era muy joven, la obligaron a casarse con un hombre con fama de infiel. Después tuvo dos hijos que murieron a temprana edad.
Al quedar viuda y sin hijos, decidió dedicar su vida a Dios, pero varias veces recibió el rechazo para ingresar al monasterio. Cuando por fin lo logró, se dedicó a cuidar enfermos portadores de la peste.
Santa Filomena
Algunos investigadores encontraron los restos de Santa Filomena en el siglo XIX mientras realizaban excavaciones en las catacumbas de Santa Priscila, en Roma.
Esta santa sufrió el martirio por su fe en Cristo. Se dice la torturaron por más de un mes hasta morir. Por ese hecho, imposible de resistir, nombraron a Santa Filomena como la patrona de las causas difíciles.
San Expedito
San Expedito fue comandante de una legión romana durante la época de Diocleciano. Se dice su fe en Cristo se veía en peligro por un misterioso cuervo que le graznaba diciendo: “¡mañana, mañana!”. No obstante, él decidió abrazar la fe y no dejarla nunca.
Este santo fue sacrificado junto con otros de sus compañeros de armas. El origen de su eficacia viene probablemente de su nombre, que nos indica la premura con la que todos debemos abrazar a Cristo.
Si tu vida está llena de causas difíciles y desesperadas, no dudes en mirar estos ejemplos de valentía y fe. No te sientas solo: déjate acompañar por ellos, invocándolos como amigos y miembros de la gran familia de Dios a la que perteneces.
Con información de Desde la Fe.
