Un hombre mexicano fue arrestado el 23 de octubre, por intentar distribuir cocaína y más de 400 gramos de fentanilo, así como de reingresar a los Estados Unidos después de haber sido deportado previamente.
Luis Tapia, de 27 años, fue arrestado en una residencia de Cincinnati, Ohio el 13 de septiembre. En el momento de su arresto, Tapia intentó escapar de una ventana del segundo piso hacia el techo.
Finalmente el hombre se retiró a la casa y se encerró en un armario. Agentes federales ingresaron por la fuerza a la casa y el mexicano fue arrestado. Ha permanecido bajo custodia desde entonces.
En agosto de 2019, Tapia huyó de la policía durante una parada de tráfico de rutina. Antes de huir de la parada, Tapia se identificó falsamente como su hermano, quien está legítimamente en el país bajo la política de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA).
Tapia no es elegible para permanecer en el país bajo DACA debido a sus anteriores condenas por delitos graves. Investigaciones posteriores descubrieron una fotografía de Tapia reingresando al país en un puesto de control fronterizo.
Según los registros de ICE, el hombre había sido arrestado y expulsada previamente a México nueve veces entre 2012 y 2019. Después de cada expulsión, volvió a ingresar de manera irregular a los Estados Unidos.
Tapia fue deportada recientemente el 25 de abril de 2018.
Según la página de internet de ICE, la reentrada de un migrantes anteriormente deportado, se castiga con hasta 10 años de prisión.
Poseer más de 400 gramos de fentanilo con la intención de distribuir conlleva una sentencia mínima obligatoria de 10 años, con una sentencia máxima potencial de cadena perpetua. La posesión de cocaína con la intención de distribuir conlleva una pena máxima potencial de 20 años de prisión.
El Fiscal Federal Glassman elogió la investigación de este caso por parte de ERO, Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) y los departamentos de policía de Cincinnati y Norwood, así como la Fiscal Auxiliar Especial de los Estados Unidos Kelly K. Rossi, quien está procesando el caso.
Una acusación no debe considerarse como evidencia de culpabilidad; todas las personas acusadas de un delito se presumen inocentes hasta que se demuestre su culpabilidad más allá de una duda razonable.