James Brantey, dueño de Southeastern Provision, una empacadora de carne en Tennessee fue sentenciado a prisión debido a que fueron encontrados alrededor de 100 migrantes que trabajaban de forma ilegal y en malas condiciones.
De acuerdo con The Associated Press, el hombre fue sentenciado a 18 meses en prisión y tres años de libertad condicional al salir de prisión, después de que evadiera impuestos y diera inició a una de las más grandes redadas migratorias.
James Brantley de 62 años, evadió alrededor de 2.5 millones en impuestos sobre la nómina al contratar migrantes sin documentos y pagarles en efectivo por 20 años. Brantley se declaro culpable en abril por evasión fiscal, fraude y de emplear a migrantes que estaban ilegalmente en el país.
De igual manera, fue multado por 41.775 dólares al hacer que sus empleados trabajaran en condiciones peligrosas, insalubres, con jornadas de más de 8 horas diarias y por un sueldo de 10 dólares por hora, donde mataban reses, despellejaban, y empacaban la carne.
El departamento de Trabajo lo demandó por robar salarios y horas extras a 151 trabajadores, en su mayoría eran mexicanos y guatemaltecos.
Por su parte Brantley insistió en la audiencia que nunca maltrato a nadie “nunca los trate como empleados, si no como amigos”, dijo al juez.
Los defensores de derechos de los migrantes hicieron comentarios al respecto:
“Es importante que responsabilicemos a empleadores como Brantley. Nuestro gobierno debería centrarse en hacer cumplir los derechos laborales que protegen a todos los trabajadores en este país: los derechos a un lugar de trabajo seguro, libre de robos de salarios y discriminación. Pero en lugar de centrar la aplicación en el empleador, ICE tomó la decisión de involucrarse más forma agresiva y violenta de imposición que podría tomar en este lugar de trabajo”, dijo Stephanie Teatro, codirectora de la Coalición de Derechos de Inmigrantes y Refugiados de Tennessee.
Con información de agencias.