El cierre parcial del gobierno se convirtió el sábado en el más largo en la historia de EEUU, al superar durante las primeras horas, los 21 días que duró una paralización del gobierno en 1996 durante el gobierno del presidente Bill Clinton.
El presupuesto federal caducó el pasado 22 de diciembre y desde entonces demócratas y republicanos no logran ponerse de acuerdo para aprobar una ley que permita reabrir el gobierno, pero que al mismo cumpla con las exigencias del presidente Donald Trump para asegurar la frontera de EE.UU. y México que gira en torno a la construcción de un muro.
El sábado por la mañana, el presidente Donald Trump hizo un llamado a los legisladores para que regresen de sus “vacaciones” y se pongan a trabajar para “poner fin al cierre del gobierno mientras al mismo tiempo terminan con la horrible emergencia humanitaria en la frontera sur. Yo estoy aquí en la Casa Blanca esperando para firmar”, escribió Trump en su cuenta de Twitter.
Democrats should come back to Washington and work to end the Shutdown, while at the same time ending the horrible humanitarian crisis at our Southern Border. I am in the White House waiting for you!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 12 de enero de 2019
De esta manera, el presidente Trump reiteró que el requisito para aprobar cualquier legislación es que incluya el financiamiento para el muro, lo cual señaló fue una promesa de campaña.
“Tengo un plan sobre el cierre, pero para comprender ese plan, tendrían que comprender el hecho de que gané las elecciones y prometí seguridad y protección para el pueblo estadounidense. Parte de esa promesa era un muro en la frontera sur. ¡Las elecciones tienen consecuencias!”, manifestó Trump en su red social.
Por un lado, los demócratas consideran que no es necesario construir un muro a lo largo de la frontera sur con México e incluso lo han considerado hasta “inmoral”, pero para el presidente Trump es imprescindible y está dispuesto a conseguirlo así tenga, incluso, que declarar una emergencia nacional.
El presidente señaló el viernes que por ahora no declarará la emergencia nacional y que prefiere dejar actuar al Congreso, pero la pregunta es ¿hasta cuándo?.
Aproximadamente 800.000 empleados, más de la mitad de los cuales todavía se presentan a trabajar, perdieron su primera paga el viernes debido al cierre. Esto sumado a los efectos que ha tenido en parques nacionales, inspecciones de alimentos y la economía en general mantienen a algunos de los republicanos en el Capitolio cada vez más incómodos con las exigencias de Trump.
Incluso, el senador republicano, Lindsey Graham de Carolina del Sur instó el viernes al presidente Trump a que “declare una emergencia nacional ahora. Construya un muro ahora”.
Por su parte, la Cámara de Representantes y el Senado votaron para devolver a los trabajadores federales el pago tan pronto el gobierno federal vuelve a abrir. Faltaría solo la firma del presidente.