Tras darse a conocer el caso de la muerte de una menor de siete años, la cual se encontraba bajo la custodia de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, generó polémica al afirmar que este caso es “un ejemplo muy triste de los peligros del viaje”.
“Esta familia eligió cruzar ilegalmente, estaba a 90 millas (145 kilómetros) del sitio donde los podíamos procesar y vinieron en una multitud tan grande que a nuestra gente de la Patrulla Fronteriza les llevó un par de veces conseguirlos a todos”, dijo Nielsen en declaraciones a la cadena de televisión Fox News.
Aunque la funcionaria aseguró que las autoridades estadounidenses atendieron de inmediato a la familia, funcionarios de la CBP aseguraron a Jacob Soboroff, reportero de MSNBC, que los agentes que trasladaron de la menor lo hicieron hasta las 7 de la mañana, siendo que fueron notificados por el padre de la menor dos horas antes.
BREAKING: CBP official tells me Border Patrol agents transporting 7 year old Guatemalan girl who died were notified by her dad she was vomiting at 5AM.
She didn’t get treated until bus arrived at a Border Patrol station at 6:30AM.
An hour an an half with no medical attention.
— Jacob Soboroff (@jacobsoboroff) 14 de diciembre de 2018
El asunto fue más allá cuando personal de la Casa Blanca afirmó que este caso hubiera sido evitado con “leyes que desincentiven” la migración irregular.
De acuerdo con el portavoz de la Casa Blanca, Hogan Gidley, “si pudiéramos unirnos y aprobar algunas leyes de sentido común que desincentiven a la gente que llega de la frontera y les anime a hacerlo en la manera correcta, la manera legal, entonces ese tipo de muertes, ese tipo de asaltos, ese tipo de violaciones, el contrabando de menores, el tráfico de seres humanos, todo eso acabaría”.
En declaraciones a la prensa, funcionarios de la CBP informaron que la niña y su padre formaban parte de un grupo de 163 migrantes, los cuales fueron detenidos alrededor de las 21:15 horas el pasado 6 de diciembre cerca de Antelope Wells, Nuevo México, y en medio del desierto.
Varias horas más tarde, alrededor de las 06:25 del día siguiente, la niña empezó a tener convulsiones y fue trasladada con fiebre de 41 grados en helicóptero a un hospital de El Paso, Texas, donde llegó con paro cardíaco.
Aunque los doctores lograron reanimarla, la menor murió horas después.
Según las autoridades, la niña llevaba “varios días sin comer o consumir agua” en el momento de su detención.
Con información de EFE