Durante más de cinco años, Victorina Morales trabajó como recamarera en el Trump National Golf Club, incluso recibió algunos reconocimientos por su labor, sin embargo, durante todo este tiempo la mujer fue indocumentada.
Todo esto fue dado a conocer por el New York Times, quien publicó un extenso reportaje en el cual recoge el testimonio de dos mujeres que trabajaron en el exclusivo club ubicado en Bedminster, New Jersey, donde el presidente Donald Trump pasa varios días al año.
De acuerdo con Morales, sus tareas consistían en limpiar la residencia del presidente, su ropa interior, sábanas y las toallas de los Trump (todo esto con un detergente especial y en una lavadora aparte, debido a la meticulosidad del presidente).
Incluso, una vez que Trump se enteró que es originaria de Guatemala le dijo que “los guatemaltecos son gente muy trabajadora” y le entregó un billete de cincuenta dólares como propina.
La mujer consiguió su trabajo en la propiedad del presidente en 2013, esto lo hizo con documentos falsos. Hecho corroborado por el Times, que tras revisar su veracidad descubrió irregularidades en los certificados que presentó.
Por su parte, esta investigación permitió al medio darse cuenta que el el club de golf de Trump no implementó medidas para verificar la autenticidad de los documentos.
Aunque Casa Blanca se negó a comentar la información presentada por el Times, el grupo empresarial de Trump respondió que “si un empleado envió documentación falsa en un intento de evadir la ley, será despedido de inmediato”.
Morales también dijo que no era la única trabajadora en el club que estaba sin documentos en el país.
Mientras tanto, Sandra Díaz, la otra extrabajadora entrevistada por el Times (que ahora es residente legal), corroboró que dentro del grupo de empleados de limpieza, mantenimiento y paisajismo del club de golf había varios trabajadores indocumentados, aunque no pudo decir con precisión cuántos.
Aunque el medio remarcó que no hay evidencia de que los ejecutivos de la organización Trump o el presidente supieran de su estatus migratorio de sus empleados. Al menos dos supervisores del club lo sabían y tomaron medidas para ayudar a los trabajadores a evadir la detección y mantener sus empleos.
Cabe resaltar que durante su campaña presidencial en 2016, Trump se vanaglorió de no tener ningún inmigrante ilegal en nómina.
No se arrepiente
Tras darse a conocer su historia, Morales asegura que no se arrepiente de haber denunciado que el club de golf del presidente emplea a indocumentados.
Aunque el reportaje puso en el ojo del huracán a Victorina Morales y Sandra Díaz, su abogado, Aníbal Romero, ya esta trabajando para evitar posibles represalias legales contra ambas.
Aunque varios compañeros de Morales se molestaron con ella por exponer la situación, de llevarse a cabo una investigación federal, Morales y otros trabajadores indocumentados podrían recibir visados especiales como víctimas de crimen o de tráfico de personas, así como por tratarse de testigos.
Las víctimas no podrían ser encausadas como criminales, sino que sería la empresa la responsable.
