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Pastora es sentenciada a 99 años de cárcel por matar a un niño migrante de dos años

La pastora de una iglesia de la comunidad de Balch Springs, un suburbio del sureste de Dallas, fue sentenciada a 99 años de prisión por provocar de forma deliberada la muerte por inanición de un niño de dos años, hijo de una inmigrante mexicana, tras declararlo poseído por un demonio para luego efectuar una ceremonia y tratar de resucitarlo.

La pastora Aracely Meza, de 52 años, fue sentenciada el pasado viernes por un jurado en una corte estatal del condado de Dallas a 99 años de cárcel, por lesiones corporales graves que provocaron la muerte de Benjamín Aparicio. El jurado también la sentenció a pagar una multa de 10 mil dólares.

Durante el juicio, el jurado observó videos que muestran cómo Meza conduce una ceremonia en la que ora a Dios para que le devuelva la vida al niño muerto tras semanas de no tener alimento.

En los videos, el cuerpo del niño se observa frágil, nada más que piel y huesos. Su ropa cuelga de su cuerpo sin vida. También se le mostró al jurado el video que muestra a Meza tratando de revivir al niño.

La ceremonia se prolongó por unas cuatro horas hasta que Meza reconoció que el niño no resucitaría. En el video, Meza parece reclamar a sus feligreses el que infante no haya resucitado debido a su falta de fe.

Semanas antes de su muerte el 22 de marzo de 2015, Meza ordenó que Benjamín no fuera alimentado durante 21 días porque creía que estaba poseído por el “demonio de la manipulación”.

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En el juicio, Meza testificó que Dios le había mostrado lo que él quería que hiciera, incluso quién debería ayunar. “Es como dentro de ti”, explicó.

Meza y su esposo Daniel Meza fungían como los pastores de la Iglesia Internacional Jesús es el Rey, cuya feligresía estaba integrada mayoritariamente por inmigrantes mexicanos.

Aracely Meza actuaba como vicepresidenta de la Iglesia y aseguraba ser una profeta que podía comunicarse directamente con Dios.

La iglesia era operada desde una casa particular en Balch Springs. De acuerdo con los testimonios vertidos en el juicio, el sitio funcionaba como una comuna.

El niño vivía en el lugar, junto con sus padres, pero Meza no les permitía tener acceso a su hijo. “La mamá sentía que la pastora era Dios”, dijo en el juicio Nazareth Zurita, quien fue testigo de los hechos al ser miembro de la Iglesia.

Zurita testificó que los padres de Benjamín tenían miedo de informar lo que le estaba pasando a su hijo o que había muerto porque eran inmigrantes indocumentados.

Los padres del menor, identificados cómo Liliana y Zenón Aparicio se regresaron a México tras la muerte de su hijo y no han sido arrestados, aunque enfrentan cargos. Los Aparicio y Meza llevaron el cuerpo de Benjamín a México para ser enterrado.

Zurita, de 38 años, también fue acusada de lesiones graves a un niño. La mujer ha llegado a un acuerdo con los fiscales por un cargo menor, aunque aún no se ha declarado culpable.

Con información de Notimex

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