Tras calificar a a los autobuses como trampas rodantes, la Unión de Libertades Civiles (ACLU) pidió a la compañía Greyhound impedir la entrada a agentes de ICE a sus unidades durante sus viajes.
Y es que, estas revisiones se han convertido en algo rutinario, ACLU reclarmó que estos interrogatorios y arrestos se dan “de forma ilegal”, pues en su opinión, violan los derechos constitucionales de los pasajeros.
De acuerdo a la organización, gracias al permiso de la empresa, cada vez son más comunes estos operativos, a través de los cuales los pasajeros son cuestionados sobre su estatus migratorio y sus planes de viaje,
ACLU ha enviado esta carta en 10 estados: California, Texas, Washington, Vermont, Nueva York, New Hampshire, Michigan, Florida, Arizona, y Maine. Sin embargo, Greyhound no ha respondido los intengtos de la agencia de noticias AP para saber su opinión.
Como ejemplo de estas actividades, ACLU indica que la Patrulla Fronteriza paró en Los Ángeles a un hombre sólo porque “sus zapatos parecían sospechosos” al abordar el autobús. En Vermont, un testigo dice que los agentes migratorios “sólo pidieron la identificación a aquellos que no eran blancos y tenía acento”.
Al respecto, hace un par de semanas, Greyhound informó que estaba obligada a cooperar con la migra. Sin embargo, ACLU añadió que esto no es cierto.
ACLU, sostiene que de acuerdo con decisiones judiciales y en respeto a la Cuarta Enmienda de la Constitución, concluye, pueden negarse. Los agentes dicen que no necesitan orden judicial si están a menos de 100 millas de la frontera, pero “la geografía no niega la Cuarta Enmienda”.
Con información de Telemundo