Este martes, un grupo de doctores salieron de sus consultorios del Hospital General de Los Ángeles para dejar en claro que su deber es cuidar a los pacientes sin importar su estatus migratorio y recordar que las ambulancias, clínicas y hospitales son espacios seguros para todos los indocumentados.
Este anuncio, se da a un par de semanas del caso de Rosita, una niña de 10 años de edad con parálisis cerebral que fue escoltada por agentes fronterizos a un hospital en Texas para que le realizaran una operación de emergencia, sin embargo una vez terminada la operación fue llevada a un centro de detención para ser deportada.
“Nuestro hospital sirve a una gran cantidad de población inmigrante y en este momento queremos reafirmar nuestro mensaje que estamos aquí para cuidarlos, tratarlos y protegerlos, hasta de las autoridades de inmigración”, dijo a Efe el pediatra Jacob Bailey, miembro del sindicato del LAC-USC Medical Center.
Además, Bailey dijo que lo ocurrido en Texas y lo que le pasa a muchas personas, que únicamente son detenidas por buscar tratamiento médico es una desgracia.
Los médicos residentes de LAC + USC Medical Center, remarcaron su intención para contrarrestar el miedo que causó la detención de Rosita y su deseo para que la comunidad se sienta segura de poder acudir a una sala de emergencia.
Del mismo modo aseguraron que el Hospital General de Los Ángeles es un santuario para que todos reciban atención médica de calidad, pues por décadas el lugar ha sido el único centro médico disponible para los indocumentados de la región.
Piden por los dreamers
En tanto, los médicos y enfermeras también pidieron al Congreso aprobar un Dream Act para los jóvenes indocumentados y mantener el Estatus de Protección Temporal (TPS) para los centroamericanos.
Con información de agencias.