La posibilidad de que el TLC termine obligará a México a realizar una reforma para hacer más competitiva la economía; esto significa modificar prácticas, leyes, reglamentos y decretos que hagan más sencilla la realización de negocios en este país.
La realidad indica que eso de facilitar la vida a los negocios no es algo que guste a los políticos de ningún orden de gobierno, porque significa que se reducen sus posibilidades de extorsión.
A más trámites, más favores, y a más favores, más posibilidad de sacarle dinero a quien quiere realizar algún negocio.
La medida más certera en este tema la tienen en el Banco Mundial, en un estudio que se llama Doing Business y que en cristiano significa una medición sobre la calidad y eficiencia regulatoria en 190 países.
Si las altas burocracias del país y los Estados leyeren y analizaran ese estudio, que se hace año con año, dejarían de quebrarse la cabeza para hacer planes de desarrollo que en la mayoría de los casos son monumentos a los buenos deseos y a las tonterías.
En el Doing Business encuentran una colección de políticas públicas que debieran adoptar para que las economías crecieran más, se generan mayor inversión y empleo y las burocracias fueran más eficientes.
El Doing Business 2017 es para dar pena y vergüenza.
En el índice global, México ocupa la posición 49 entre 190 naciones y completa dos años seguidos cayendo en esta clasificación; lo más grave es que nuestros dos socios en el TLC están muy adelante. Estados Unidos ocupa la posición seis y Canadá la 18.
El problema se agrava cuando se analizan los diferentes componentes que se miden para llegar al índice general.
Por ejemplo, en el tiempo para abrir un negocio, México está en el lugar 90, Estados Unidos en el 49 y Canadá en el dos.
En el manejo de permisos de construcción, Estados Unidos está en el lugar 36, Canadá en 54 y México en el 87.
En el registro de propiedades, Estados Unidos está en el lugar 37, Canadá en el 33 y México en el 99.
En el pago de impuestos, que mide los trámites anuales que se realizan y el tiempo que se invierte en cumplir esa obligación, México está en el lugar 115, igual que Guatemala, San Marino o Albania; Estados Unidos en el lugar 36 y Canadá en el 16.
Y si en este aspecto en Estados Unidos se aprueba la reforma fiscal propuesta por Trump, estaremos en serias dificultades.
El siguiente gobierno necesita adoptar políticas públicas concretas a trámites y sectores específicos y hacer de la Unidad de Desregulación, colgada ahora de la Secretaría de Economía, una dependencia más cercana al Ejecutivo y que en verdad mejore la tramitología que tiene a México enredado en tonterías.
Ya no se vale con avances tipo gallo, gallina. México necesita saltos cuánticos para que aumente el nivel de vida de la población en general, que debe ser el propósito de toda acción de gobierno.
Hasta el próximo martes y, mientras, no deje de seguirme en mi página de FB, Perspectivas de Luis Enrique Mercado.