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UNAM presenta la obra de Eva Malhorta en el Consulado de México en Los Ángeles

UNAM presenta la obra de Eva Malhorta en el Consulado de México en Los Ángeles

En el marco de la celebración de 2017, Año de México, La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en Los Ángeles presentará la obra “Donde Anida la Tristeza” de Eva Malhorta, talentosa mexicana, reconocida no sólo por su profesión de abogada, sino también como artista plástica.

La obra de esta artista mexicana está inspirada en la obra de Juan Rulfo. Un trabajo que habla desde el abandono, el amor, la tristeza, añoranza, la búsqueda del amor, la felicidad y más, temas con los que más una vez en la vida podemos llegarnos a sentir identificados.

¿Cuándo?: Miércoles 30 de agosto
Hora: 6:30 p.m.
¿Dónde?: Consulado General de México en LA / 2401 W 6th Street, Los Ángeles, CA 90057
Costo: Actividad gratuita

A continuación un extracto de la semblanza de la obra y la técnica expliacada por Eva Malhotra.

“Es obvio que el mexicano emigrado ama a los que deja atrás. Ama a su familia y a su patria.

Rulfo expone la paradoja del hijo abandonado, que, lejos de olvidarse, ama, añora y busca a su padre aún después de la muerte. En el cuento, El paso del Norte, el protagonista deja a sus hijos, sus tierras y su mujer encargados con su padre para irse de bracero a los Estados Unidos. Es acribillado al intentar cruzar la frontera por oficiales de migración. Regresa a su casa (su ánima, como si fuera un personaje de Pedro Páramo) sólo para enterarse que su padre ya le vendió sus tierras, cobrándose así por el cuidado de sus niños. El hijo, Juan Preciado, en Pedro Páramo regresa al pueblo de su padre sólo para enterarse de que ya el padre está muerto habiéndole dejado nada — ni siquiera un gesto de haber reconocido su existencia.

La obra de Rulfo señala que el desamparo paterno expone a sus hijos a privaciones y explotación por los demás. Esas explotaciones las cometen aún los mismos progenitores. En Pedro Paramo, Susana San Juan se vuelve la concubina de su padre, Bartolomé, después de la muerte de su madre. Cuando ella se enamora de Florencio, Bartolomé lo mata, pues no soporta liberar a Susana de la relación incestuosa. Es así como ella se vuelve loca.

Sabemos que Juan Rulfo quedó huérfano desde muy niño. Pasó su niñez en orfanatorio. Esos eventos marcaron vida y comenta que nunca pudo sacudir la tremenda tristeza que desde ahí nació. Esos sucesos informaron su obra. El tema del abandono, sus implicaciones y ramificaciones recurren en toda su obra, sea literaria, fotográfica o cinematográfica. En la película, Un pedazo de noche, los padres alcohólicos llevan a su bebé a las cantinas. En el cortometraje, El despojo, el protagonista, sabiendo que el cacique, Don Catarino codicia a su mujer, se propone a matarlo. Logra su fin pero también él muere, dejando desamparados tanto a su mujer como a su hijo paralítico. ¿Qué será de ellos? Rulfo nos convoca a reflexionar.

En lo personal, yo soy hija de la diáspora mexicana. Cuando mi padre nos abandonó estando yo muy niña, mi madre emigré a los Estados Unidos. Tenía que trabajar para mantenernos. Dejó a mis hermanos y a mí México con los abuelos hasta que ella pudo llevarnos con ella. Esas experiencias hacen de la obra rulfiana muy personal para mí. Tanto Rulfo como yo perdimos al padre en nuestra niñez. Vivimos el abandono y el desamparo. Rulfo me habla a mí muy directamente. Pero mi historia no es única. La comparto con todos los emigrantes que salieron del país por necesidad. Y como todo hijo abandonado añoro, añoramos re-encontrar y reconciliarnos con nuestros orígenes: el seno dulce del padre amante. Ese sueño lo llevaremos hasta la tumba.

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Como artista plástica, interpreto la obra de Juan Rulfo de forma abstracta pues, como él, creo que entre más abstracta es más amplia y más fuerte. Mi interpretación capta las emociones que siento al reflexionar sobre su obra. Utilizo la siguiente técnica: selecciono los colores que indicados por mi sentimientos; luego aplico en una tabla de abedul doce a quince capas de pintura de diferentes colores, permitiendo que cada capa se seque antes de aplicar la siguiente. Luego, con gubias, grabo la pintura, desgajándola y exponiendo los colores, líneas y formas, guiada siempre por la inspiración. Siempre hay un elemento de sorpresa al hacer mis grabados, porque los colores tienen sus propiedades especiales que combinan en forma impredecible. Estas sorpresas me deleitan. El proceso es orgánico, guiado por mi intuición, revelando así mis sentimientos.”

Eva Malhotra

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