9 de diciembre de 2024

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O Si o No o Más Bien Quiensabe…

Que sí, que nó, que a la mejor puede ser que tal vez pero que lo más posible es que quiensabe. Esa es la situación “exacta” de los llamados TPS’s, los estatus de Protección Temporal concedido a los inmigrantes de una serie de países que han enfrentado catástrofes, naturales o humanas, y que evita que los deporten de Estados Unidos.

La tanda empezó con la declaración del Secretario de Seguridad Nacional, John Kelly, de que tiene la intención de terminar el programa de TPS que ha permitido a los inmigrantes de algunos países vivir en Estados Unidos por varios años.
Pero como tantas declaraciones, hasta el momento no es más que eso, una declaración.

El TPS, Temporary Protection Status, existe desde 1990 y lo maneja Seguridad Nacional en casos de conflictos armados o desastres naturales. A la fecha, gozan de él El Salvador, por los terremotos de 2001; Haití, por el terremoto de 2010; Honduras, por el huracán Mitch de 1998; Siria, por la guerra civil; Nepal, por el terremoto de 2015; Yemen, por la guerra civil, y también Nicaragua, Somalia, South Sudan y Sudan, pero esos no sé por qué.

El caso es que de pronto hay activistas de inmigración desgarrándose las vestiduras porque “terminar el TPS sería poner en peligro a miles de personas, eliminaría trabajadores que pagan impuestos y desestabilizaría sus países de origen porque las remesas que envían son la mayor fuente de ingresos en algunos de ellos”.

Y digo que es pura declaración porque también en la semana El Trompas
Donald Trump firmó también una orden ejecutiva que permitirá a todos los ciudadanos de El Salvador viajar a Estados Unidos sin visa y quedarse hasta un máximo de 180 días por turismo o negocios. Para más de 180 días se requerirá visa. El Trompas dice que eso “fortalecerá las relaciones entre Estados Unidos y El Salvador”.

Lo Que Hace La Mano Derecha

A pesar del agresivo discurso, también el Secretario de Seguridad Nacional firmó hace dos semanas una extensión del TPS para los haitianos, que estará en vigor hasta 2018. John Kelly anunció la extensión del TPS por seis meses diciendo que aunque Haití ha “progresado en su recuperación después del terremoto, sus condiciones actuales aún garantizan el TPS”.

Además de Haití, siguen cubiertos por algún TPS los inmigrantes de El Salvador hasta el 9 de marzo de 2018; los de Honduras hasta el 5 de enero de 2018, y los de Nicaragua con la misma fecha. También los de Nepal, Somalia, Sudán, Sudán del Sur, Siria y Yemen.
En otras palabras, el régimen del Trompas sigue ejerciendo una política de “que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha”, es decir, haciendo una cosa y diciendo otra.

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Y de nuevo, no niego que haya riesgo. Todo inmigrante, con o sin papeles puede ser deportado si comete algún delito, especialmente los relacionados con crímenes violentos, los relacionados con armas de fuego y con drogas, y también a los que agarren por ahí por estar por donde pase la Migra cuando ande buscando a alguien.

Pero el riesgo es menor que la palabrería y para muestra basta un botón: En audiencia del Comité de Apropiaciones de la casa de Representantes, el Director de ICE, la Migra, Thomas Homan, lanzó nuevas amenazas como que “todos los ilegales deben sentirse amenazados” y estar “mirando a sus espaldas”, porque ya establecieron “40 nuevos contratos con agencias locales de policía (la famosa Polimigra) para que puedan detener ilegales” y demás zarandajas.

Cuarenta, más los 90 que había bajo Obama, me dan risa. En Estados Unidos hay, dice el Censo, 19 mil 354 ciudades, cada una con una agencia local de policía. Les falta hacer contratos de Polimigra con 19 mil 224.

Su otra declaración en la audiencia fue que las “detenciones han aumentado un 38 por ciento”. No dio detalles, pero los detalles están en el reporte de la misma Migra de principios de mayo, sobre los primeros 100 días del Trompas en la Casa Blanca. Y son muy claros. La Migra ha emitido órdenes de detención a los inmigrantes (de nuevo, con y sin papeles) que ya están en las cárceles del país, acusados de algún crimen, y los han puesto bajo proceso de deportación. No es que hayan agarrado un 38 por ciento más de indocumentados.

De remate, el mismo reporte de ICE acepta que las deportaciones en esos 100 primeros días del Trompas están un 12 por ciento más bajos que en el mismo período de 2016.

En resumen, hay que cuidarse, pero no caer en el pánico. Hay que mirar los hechos, no el discurso, y no andar cayendo en la provocación de la diarrea verbal del Trompas y sus secuaces.