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La tarde de los madruguetes: ¿todos ganaron?

Los políticos mexicanos no aprenden. El caso es salir primero y luego a ver qué pasa.

¿De qué sirve gastar una millonada en organizar una elección en gran escala si antes siquiera de arrancar los escrutinios los partidos y sus líderes se proclaman ganadores apelando a encuestas de salida que nunca muestran?

El asunto es especialmente grave e irresponsable si hablamos de una competencia electoral muy cerrada como la que tuvo lugar en el Estado de México y Coahuila. Es una vergüenza.

Y es que a las 18 horas en punto, el presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Acción Nacional, Ricardo Anaya, salió a decir que los azules habían ganado “3 de 4 elecciones”, y que terminaría este año con 2 gobiernos estatales en manos panistas.

Concedía, sin decirlo, la derrota panista en el Estado de México y obviamente hablaba de que habían ganado Coahuila y Nayarit, cuando en ésta última entidad faltaba todavía una hora de votación por el huso horario del Pacífico.

El segundo en el orden al bat del fue, minutos más tarde, Alfredo del Mazo, quien con todo y video proclamó su triunfo para gobernador mexiquense, y se retiró rápidamente.

Acto seguido, vino otra señal igual de ominosa por parte de Morena, pero en ausencia de su abanderada Delfina Gómez, lo que fue una forma de decir “ganamos pero quién sabe”, porque el propio morenista Horacio Duarte recordó la inexactitud que caracteriza a las encuestas de salida.

Alejandra Barrales cerró el circo del agandalle, proclamando ganadora en Nayarit a la fórmula PRD-PAN, en lo que pareció ser la única elección definida de punta a punta en favor de Antonio Echevarría.

Total. Pena ajena. Tuvieron que pasar tres horas para que el Instituto Electoral del Estado de México diera a conocer los resultados de su conteo rápido sobre una muestra de 1,800 casillas que daban representatividad a todo el mapa comicial mexiquense.

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Y así, resulta que Alfredo del Mazo será el próximo gobernador del EdoMex, con un rango de votación de entre 32 y 33 por ciento, contra 30 a 31 por ciento de Delfina Gómez, 17-18 de Juan Zepeda y apenas 10 a 11 por ciento de Josefina Vázquez Mota.

A pesar de que partidarios de la candidata morenista y la misma profesora no aceptaron el resultado del conteo rápido, parece que será cuestión de tiempo, cierre de actas, conteos distritales, impugnaciones, revisiones y casos presentados en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, pero los resultados se mantendrán y habrá un tercer Del Mazo en el Palacio de Gobierno de Toluca.

¿Y Andrés Manuel López Obrador?

Contento, relajado, porque ganó perdiendo.

No tendrá el desgaste que implica gobernar una entidad tan compleja como el Estado de México, y podrá mantener el margen de su discurso de la mafia del poder para seguir su campaña hacia el 2018.

Gana Del Mazo, y con él el Presidente de la República, al mantener el bastión priísta mexiquense; gana Juan Zepeda, quien se convierte en el gran resucitador del Partido de la Revolución Democrática; gana (en Veracruz), Miguel Angel Yunes, con la mayoría de las alcaldías ganadas por la alianza PAN-PRD.

Los grandes perdedores: Josefina Vázquez Mota y Ricardo Anaya, si bien éste último podrá tener oxígeno puro si llegan a ganar Coahuila, manteniéndose además la clara tendencia victoriosa en el pequeño estado de Nayarit.

Pero, ya lo he dicho, esto apenas empieza. Iniciamos campaña nuevamente y nos vemos en 2018.