Muchas cosas pueden pasar al ser deportado y aunque es lo último en lo que queremos pensar, hay que estar preparados para cualquier situación
Prácticamente uno de cada dos migrantes mexicanos en Estados Unidos es dueño o está adquiriendo una casa propia en este país, según estimaciones de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).
Esto significa que prácticamente dos millones de casas, son propiedad de mexicanos en territorio estadounidense y son el hogar de unos cinco millones de personas. Pero no todas han sido terminadas de pagar.
Si eres deportado y sabes de antemano que no podrás regresar a territorio estadounidense durante varios años. O quizás tengas que renunciar de forma definitiva a vivir ahí, tienes que tomar medidas.
Debes analizar la opción de vender tu casa. Como sabes, es un proceso que toma tiempo y, dado que tú no estarías físicamente ahí, debes nombrar un apoderado legal que haga las gestiones en tu nombre.
O contratar los servicios de un agente de bienes raíces estadounidense que te ayude y asesore en este proceso.
Cuando una pareja es propietaria de un inmueble, o de una hipoteca, y solo uno de los dos es deportado. El que se va debe considerar seriamente la posibilidad de ceder sus derechos legales a su cónyuge.
Es muy importante que la relación entre ambos sea sana y que exista confianza absoluta, porque una de las personas se convertirá en el o la representante de los derechos y patrimonio de los dos.
En términos legales, si los dos son ‘codeudores hipotecarios’, el migrante que será deportado debe obtener el permiso de su acreedor (el banco o la entidad financiera que otorgó el crédito) para ceder derechos a su pareja, quien se convierte en la persona responsable de pagar.
Si tu casa ya está libre de hipoteca, entonces el cónyuge que se queda es quien tendrá el poder para vender o tomar decisiones sobre el inmueble.
Es posible, pero hay una serie de requisitos que debes cumplir. Y debes asegurarte de que tu inquilino será un pagador puntual, porque eres tú quien mantiene el compromiso de pagar la hipoteca ante el banco. Y si tu arrendatario deja de pagarte, eres tú quien perderá la vivienda sin importar cuantos años de tu vida hayas dedicado a pagar puntualmente tu hipoteca.
Sí. Existen algunas herramientas financieras que puedes explorar. Te las enumeramos.
Actívate. Acércate a tu banco de inmediato, porque si dejas pasar el tiempo y se acumulan pagos vencidos, corres el riesgo de simplemente perder tu propiedad. Y ésta sería puesta a remate. Lo que tú necesitas es evitar que esto suceda, intentar una venta privada (llegar a un acuerdo con un comprador interesado que te compraría la vivienda, con una parte del dinero se liquida la hipoteca, y si hay un sobrante, es para ti).
Si tienes más dudas, busca a tu consulado. Pídele asesoría directa. Es su obligación orientarte y ayudarte.
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