El miércoles, el gobernador de Wisconsin, Tony Evers, activó a la Guardia Nacional para proteger propiedades estatales. El motivo fue una serie de disturbios en la que varios manifestantes derribaron dos estatuas, una de ellas de un abolicionista de la Guerra Civil.
Los hechos de violencia comenzaron el martes en la ciudad de Madison después de la detención de un afroestadounidense. Este ciudadano entraba y salía de un restaurante blandiendo un bate de béisbol y gritando a los clientes con un megáfono.
El hombre, identificado como Devonere Johnson, escapó a la policía. Sin embargo, lograron capturarlo y lo acusaron de alteración del orden público con uso de un arma. También le imputaron cargos por resistirse a un arresto y tratar de escapar.
El arresto de Devonere Johnson desató una marcha de 200 a 300 personas por el centro de Madison.
Los manifestantes lanzaron una bomba incendiaria a un edificio del gobierno. Además, trataron de allanar el Capitolio, pero la policía logró retenerlos en el lugar con aerosol de pimienta.
No obstante, un grupo logró derribar la estatua del coronel Hans Christian Heg y la lanzó al lago Morona. Según la Sociedad Histórica de Wisconsin, Heg fue un emigrante noruego que luchó por el Norte en la Guerra Civil.
Un senador demócrata estatal, Tim Carpenter, dijo que fue asaltado cuando tomaba una foto de los disturbios.
El martes por la noche, el gobernador Evers visitó las zonas afectadas y dijo que activaría a la Guardia Nacional en Wisconsin “para asegurar que la gente pueda ejercer sus derechos de la Primera Enmienda, al tiempo que se garantiza la seguridad de los ciudadanos y los edificios e infraestructuras estatales”.