Un grupo de alrededor de 500 migrantes centroamericanos, que la semana pasada ingresaron a México sin papeles, fueron abandonados por las autoridades locales y la población de Chiapas, ya que no se les permite ingresar a los pueblos para dormir y recibir ayuda humanitaria, denunció el director de la agrupación Pueblo sin Fronteras, Irineo Mújica.
Aunque el flujo de migrantes no se ha detenido, el pasado 28 de enero, el Instituto Nacional de Migración anunció el fin del Programa Emergente de emisión de Tarjetas de Visitante por Razones Humanitarias, aunque la entrega de documentación por parte del Instituto Nacional de Migración se extendió hasta el 12 de febrero.
Esta situación dejó indefensos a esta caravana, la cual “es la más despreciada; nadie les ha dado aventón, ni agua, y se les prohíbe la entrada a todos los pueblos por órdenes del Instituto Nacional de Migración (INM); son criminalizados vilmente todos por igual por las agresiones que cometieron unos supuestos infiltrados, lo que ha provocado un desprecio y persecución jamás visto en México”, declaró Irineo Mújica.
Esta caravana, que ingresó a México el pasado 18 de febrero, ha optado por caminar de noche a pesar de que se vuelve más peligroso por los tráilers, aunque la Policía Federal ha ayudado a desviar el tránsito.
Mújica insistió que nadie le está brindando ayuda a estos grupos, no los dejan entrar a los pueblos; incluso, las autoridades han detenido a los hombres que se separan del grupo para buscar comida o se van a los pueblos.
“Migración ha detenido a cerca de 400, separando familias que después tienen que buscar al Grupo de Ayuda a Migrantes, Beta, para entregar a los menores de edad”.
Mújica sostuvo que “la nueva política del INM es un fracaso y ha creado una ola de racismo nunca antes vista en México, además de que no ha favorecido a nadie, excepto la popularidad del nuevo gobierno, pero los migrantes están mal porque hay más xenofobia, y la ley no ha cambiado”.
Además, el activista reclamó que el gobierno solo dio la tarjeta de visitante a los primeros 15 mil migrantes y que a estos les fue negada, por o que dijo que la política migratoria de México no ha cambiado y continúa igual que antes, lo que calificó como un fracaso.
Con información de La Jornada
